VIVE PARA DEJAR UN LEGADO

  Todos venimos al mundo con un tiempo limitado, pero con la capacidad infinita de dejar huellas. Más allá de nuestras ocupaciones diarias, más allá de los logros visibles o de los títulos que podamos obtener, hay una pregunta profunda que en algún momento golpea suavemente la puerta del alma: ¿Qué quedará de mí cuando ya no esté? Este libro nace de esa pregunta. No como un motivo de tristeza o urgencia, sino como una invitación luminosa a vivir con propósito, con conciencia, con generosidad. Hablar de legado no es solo hablar de lo que se hereda, sino de lo que se transmite con el corazón: valores, amor, ideas, ejemplos, inspiración. Cada capítulo que leerás está pensado para ayudarte a reflexionar, recordar y proyectar. Aquí no importa tu edad, tu historia o tu ocupación. Todos —absolutamente todos— tenemos algo valioso que compartir, algo que puede transformar la vida de otros, incluso mucho después de que nos hayamos ido. A lo largo de estas páginas encontrarás preguntas que te...

HUMANIZACION DESDE LA PARABOLA DEL BUEN SAMARITANO

 El prójimo  en el camino nos humaniza y nos evangeliza


 “En la parábola se nos dice: bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de salteadores que, después de despojarle y golpearle se fueron dejándole medio muerto (v.30). La escena nos remite al camino y, al mismo tiempo,  a  los episodios que suceden en el trayecto: unos que pasan de largo ante lo que ven, y otro que se detiene. Unos que siguen y otros que se preocupan. Unos que no quieren complicaciones y otro que se involucra, ¿Será que el samaritano no tenía muchas ocupaciones?.


Dos de los que pasaban por el camino lo vieron, pero seguramente tenían justificaciones “válidas” para no detenerse. El contacto con el cuerpo ensangrentado ensucia, vuelve impuro y perjudica el culto en el templo. En este aspecto, no solamente los salteadores hacen triste el camino, sino la indiferencia del ver e ignorar.


Es interesante el empeño de Jesús y su nueva teología que busca mostrar que Dios no solo está en el templo, sino en el camino. Observamos que del hombre extendido en el suelo, no se revela su identidad. Eso no es lo importante. Lo que se necesita saber es que se trata de un ser humano, esa es su cédula de identidad. Esa conciencia es lo que le hace al samaritano postergar su agenda de viaje.



En el camino, el samaritano se ha manifestado como improvisador movido por aquello que contempla. Por tal sensibilidad se distingue de la postura adoptada por el sacerdote y por el levita. El no duda, no demora ante la situación, se compromete. La “velocidad” del sacerdote y del levita hizo que perdieran la ocasión de mirar como Dios mira. La prontitud también atropello la solidaridad espontánea, de la misma manera que la organización sin humanidad sofoca la vida.


No puede pasar desapercibido, en este momento, la importancia que tiene sobre el verbo “ver”. Podemos afirmar que el “prójimo” es también la persona en quien detengo la mirada. En el relato, el verbo aparece de manera significativa: un sacerdote vio y dio un rodeo, un levita vio y dio un rodeo, un samaritano vio, y tuvo compasión (v. 31-33).


El prójimo, en este caso, el hombre herido, estaba en los márgenes del camino. Fue descubierto en su necesidad. El samaritano lo hizo cercano, próximo, familiar, aun sin conocerlo. Quien ama no elige al prójimo, sino que lo hace prójimo. Con el prójimo puede o no haber compatibilidad. Puede hasta ser catalogado como “intruso”, pues algunas veces aparece en el momento menos oportuno. No se hace el anuncio. Pero lo más importante es que ese hombre caído espabiló cualquier tipo de distracción que tuviera el samaritano. Al verlo, sintió compasión y fue generoso con sus pertenencias.


El prójimo es quien se encuentra necesitado en el camino de la vida y hace, a fuerza de compasión, que el peregrino baje de su cabalgadura.”


“El Buen Samaritano cuando llegó donde estaba el hombre al verlo le dio lástima y esto lo llevó a sentir compasión. La palabra utilizada por Jesus para la compasion es splagjnidseszal, que va más allá de un mero lamentarse. La esplacnologia es la parte de la anatomía que se ocupa del estudio de las vísceras digestivas, el corazón, los pulmones y el encéfalo. Prácticamente el Samaritano quedó hecho polvo cuando vio al herido. De ahí que el que quiere seguir a Jesús tiene que considerarse como extraño, su centro es Jesús ...El samaritano se ha bajado del caballo. El samaritano no sólo le ha dado aceite, vino y vendas. Le ha dado su tiempo. La vida moderna nos ha hecho a todos super ocupados…. ¿Hay algún modo mejor de emplear el tiempo que ayudando a los demás?”


Cómo Jesús, modelo de humanización



Pasó haciendo el bien (Hch 10,38). Jesús pasó haciendo el bien, humanizando, evangelizando, salvando.


Jesús, lleno de humanidad, trata a la gente con humanismo (cfr. Mc 5,25-34) promueve el buen trato (cfr. Mc 10,46-52) y enseña el estilo de relación de ayuda humanizadora por excelencia (cfr. Lc 7,36-50).


Jesús humaniza porque produce encuentros interpersonales sin hipocresías, sin máscaras, sin ambivalencias, sin doble motivación.


Jesús humaniza porque hace a todo hombre sujeto y no objeto, fin y no medio, protagonista de su vida, conversión, curación, sanación, salvación.


En la parábola del buen samaritano (cfr. Lc 10,25-37), Jesús enseña los gestos, modos y expresiones de la liturgia de la humanización; e invita incluso a los hombres del culto a humanizarse para humanizar.


La humanización abre las puertas a la evangelización. Un fruto sabroso del árbol de la evangelización es la humanización.


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